Día 11: “Me acuerdo de” Consigna: Empieza con Me acuerdo de

Los recuerdos nos hacen olvidar que existe el tiempo, nos permiten viajar sin alas y evocar vivencias que trascienden más allá de nuestro ser.

Me acuerdo cuando me enseñaron a distinguir la letra A de la E, y seguramente mi hermana lo recuerda mejor que yo. Soy muy distraída y siempre me ha costado prestar atención a conversaciones muy largas.

Me acuerdo de las primeras amigas que tuve y que por fortuna sigo manteniendo. Ellas pasaron a ser parte de mi familia, y simbolizan el significado de la verdadera amistad.

Me acuerdo cuando mi hermana pisó sin querer un avispero y me picaron numerosas avispas en todos lados, en especial mi cara. De allí mi fobia extrema a todo animalito volador.

Me acuerdo cuando pase parte de mi primer año escolar y parte del tercero en un hospital mientras trataba de sanar una masa extraña en mi cuello, y de mi mamá durmiendo a mi lado cada noche.

Gracias a mi amigo Maiker por llevarme frutas todos los días y jugar conmigo a disparar agua con las inyectadoras, gracias por avisarme cuando tocaba inyección de medicamentos y a enseñarme que no hay impedimentos para lograr las cosas más allá de nuestra mente. Gracias por enseñarme a ganar una carrera, aunque tus piernas no tenían la fuerza necesaria.

Me acuerdo cuando enterramos a nuestra primera mascota, era un pollito que murió envenenado y tuvimos que verlo agonizar antes de partir al cielo de los pollitos. Se llamaba único.

Me acuerdo la primera vez que conocí la playa. Saltaba olas y decía que no parecía real, la primera vez que acaricie las nubes con mis dedos en la Gran Sabana y caminar horas y horas hasta escuchar la noche alcanzar nuestras espaldas.

Me acuerdo el primer viaje que hice sola con mis amigas y bailar o intentar bailar hasta el amanecer. Comer pescado frito con tostón a la orilla de la playa y verlas agarrar sol hasta carbonizarse. Pum por la acera.

Me acuerdo que tenía largas charlas nocturnas con mi hermana hasta quedarse dormida. Misterios del universo e historias de fantasmas que una que otras veces siguen apareciendo.

Me acuerdo de la comida de mi mamá y de las sopas que hace todos los días cuando cocino. Nadie que conozca tiene esa sazón.

Me acuerdo de sacarle las canas a mi papá desde que tenía 30 años. Por eso siempre tenía ese cabello negrito.

Me acuerdo cuando fui tía por primera vez y cuando fui madre. Es de esos recuerdos que nunca se olvidan.

Pero no me acuerdo el día exacto en que tuve que ir dejando todo atrás para empezar de nuevo. Empezar en otras tierras, con otra gente, otros sabores, otras vivencias.

No me acuerdo de ese momento, porque a pesar de no tenerlos cerca, los sigo llevando conmigo.