Día 29: Un Sueño

Que bueno que te escribiré, porque hace mucho tiempo no apareces. Aún no puedo descifrar el mensaje que trataste de darme en esos momentos de desesperación, pero pude sentir tu dolor.

Siempre he pensado que eres fragmentos de una vida pasada o paralela, porque en su momento te percibí como algo real. Es imposible que siendo una niña hubiese podido tener esas imágenes en mi mente.

Al cerrar mis ojos tratando de recordar tu última presencia, puedo escuchar el tren que se acerca rápidamente, siento el frío incómodo que atraviesa tu piel y congela las lagrimas en tus mejillas.

En tu vientre se conserva el calor de una manera casi perfecta. De pronto aparecen esas pequeñas criaturas que emiten risas malignas. No puedo sentir los colores, todo es blanco y negro.

Estoy casi segura que se trata de otro tiempo, te puedo ver allí esperando suplicante que te salve, pero algo no me deja.

Nunca he podido tocar tu mano y llegar antes que suceda. La soledad te envuelve y la tristeza te arrastra.

Despierto y vuelvo a soñarte.