Día 3: 10 Cosas / Consigna: Desde donde estás sentada/o escribe 10 cosas que ves...
- Papyruz
- 11 ene 2021
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 14 ene 2021
Desde hace más de cuatro años que no puedo ver a detalle las cosas que están a más de un metro de distancia, esta sería una de las primeras diez que pudiese mencionar, y representa algo simbólico a la vez, debido a que no me ha
sido impedimento para poder apreciar la enorme belleza de tus pestañas y la tranquilidad hipnótica de tu ser. Cachetada a la Miopía.
Quede miope a los 18 años por leer una colección completa de Sherlock Holmes antes que sus páginas se deshicieran por el paso de los años. Eran letras muy pequeñas, y no sé porque no tenía suficiente luz, pero debía terminar de leerlas rápido antes de regresar a mis clases.
Un dinosaurio abatido por los superpoderes ocultos de un cangrejo que se cree superhéroe y tus suspiros de ensueño después de una victoria contundente en medio del almuerzo, sería el detalle de la tercera cosa a mencionar.
Definitivamente a la cuarta debo enmarcarla con un cartel de advertencia que diga peligro. Ese sonido del teclado en complicidad con el del mouse y al ritmo de una canción de Maiden en el fondo, es la pareja perfecta para el golpeteo de tus pies en el piso.
Mis manos están congeladas por el frío que desprende la Cordillera orgullosa en lo alto de sus picos, pero no puedo dejar de escribir. El movimiento de mis dedos me da el calor que necesito para mencionar las cinco cosas que me faltan.
De espalda a mis vecinos más cercanos en el mismo piso puedo adivinar que acaban de llegar de hacer las compras en la feria de hortalizas más cercana y que en este preciso momento están en el baño. Son delgadas estas paredes.
Extraño el sonido de la naturaleza y lo imponente que puede ser escuchar su silencio. Más allá de un desfile de construcciones y edificios puedo apreciar una gran nube que me recuerda a una enorme cotufa o como se diría en otro lugar
palomita de maíz.
Pero de todos los sonidos que he escuchado en mi larga vida, el que me sigue sorprendiendo es ese de Mamá ven, acompañado de un puchero y una caricia que deja inútil mi mano izquierda.
Ahora mis ojos son sólo tuyos.
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