Día 42: Una Sonrisa

Me gusta el efecto que provocas en mí al mirarte, y no solamente eso, me encanta como se iluminan los ojos de los niños que han tenido el placer de mirar esa hermosa mitad de círculo que se muestra orgullosa y animada.

Pueden morder tus orejitas de jirafa y llenar de saliva tu nariz, pero la sonrisa de tu cara permanece intacta. Eres como el efecto del sol en las plantas, las llenas de vida y crecen con tu presencia.

Esa sonrisa que muestra tu cara fue la primera en jugar con mi hijo. Lo acompañaste mientras enfrentaba sus más grandes miedos, y nos ayudaste a verlos de la mejor manera posible.

Agradezco tu visita a nuestro planeta para alegrarnos la vida, nadie me dijo que los marcianos mordedores vendrían algún día a este mundo para contagiarnos de su alegría.

Pero si existen y están allí. Y todos los días pienso quien será la próxima personita especial que se alegrará al verte.

Al único y mejor Marcianito Mordedor y su sonrisa eterna.