Día 46: A unos zapatos

Queridas Riders,

Definitivamente ustedes son del equipo de mi amado portaminas verde y mi camisa Beethoven, que alegría me da recordarlas y escribirles, las extraño mucho.

Las compre cuando tenía 18 años de edad, me acompañaron en ese hermoso viaje por la Gran Sabana, y no una vez, tres veces tuvieron el honor de pisar esas tierras y caminar por esos ríos.

Si las sandalias hablaran, ustedes serían felices de contar todo su recorrido. Ni el agua salada, ni las montañas más empinadas pudieron con ustedes. Juntas recorrimos kilómetros y admiramos amaneceres y atardeceres.

Me da nostalgia haberlas dejado, y aunque comenzaban a romperse por el paso del tiempo no pude desecharlas. Ahora las tiene mi mamá, porque son las únicas que dan alivio a sus pies.

Ya acomodadas y como nuevas espero algún día poder sentirlas en mis pies nuevamente, y recorrer juntas esas tierras hermosas que permanecen intactas en mi memoria.

Atentamente,

Su Dueña preferida