Día 50: A un payaso

Al pensar en un payaso, inmediatamente apareciste en mis recuerdos. No eras payaso de carne y hueso, y tampoco tenias un trabajo muy deseado.

Pero no sabes lo feliz que me hacías cuando nos sentábamos a comer allá donde Mon, uno de los mejores sitios para comer arepas, empanadas y pastelitos de Puerto Ordaz.

Fueron muchas las servilletas y restos de bolsitas sucias de grasa que te hice comer a lo largo de mi existencia. Siempre me encanto llegar a ese sitio y asociarte con los buenos momentos que compartía.

Durante mucho tiempo has presenciado generaciones de holas, Chinazos repotenciados, y una que otra infidelidad enmascarada de falsa amistad.

Eres el mejor payaso recolector de basura que he tenido la dicha de conocer. Gracias por animarme desde muy pequeña con tu cara chistosa a colocar la basura en su sitio.

Sin tu presencia Mon dejaría de ser ese lugar especial para compartir y llenarme de momentos gratos.