Día 52: Al sol

Eres hermoso, desde que supe de ti, te siento y busco a donde sea que voy. Me encanta el calor que nos das, y esa belleza poderosa que muestras al amanecer y atardecer.

Creo que fuiste el primer dibujo que aprendí hacer, y desde entonces no he dejado de pintarte las veces que quiero. Con rayos en forma de corazones, caritas sonrientes, y hasta llenas de odio.

He tenido amigos y no tan amigos que llevan tu nombre y te he visto aparecer en forma de nota musical para crear melodías mágicas. Te he usado como adorno en mi cuello, para sentir tu presencia protectora y poderosa.

La mayoría de las películas que llevan tu nombre son buenas, y eres uno de los favoritos a la hora de cantar con mi hijo. Oh señor Sol, Sol, dame tu calor, Ilumíname.

A veces pasó por loca porque me encanta sentir tu calor. Y no sabes la alegría que me das cada vez que sales para despejar las nubes grises e iluminar el cielo.

Siempre he pensado que las estrellas tienen su propia vida y que nos observan como ojos atentos desde la inmensidad del todo. Gracias por ser parte de mi, y siempre que pueda usare el protector solar para no hacerte sentir culpable.