Día 56: A la Justicia

No se si existe de verdad, y no se porque me cuesta tanto escribirle. Creo que fue inventada para justificar la existencia de tu contraparte.

Si, porque siempre que escucho mencionar su nombre viene seguida de unos puntos suspensivos, esos que nunca terminan y se quedan en la espera de un final feliz o al menos justo para todas las partes.

A veces llegas tarde y cuando al fin llegas, tu propósito no es el deseado. Entonces creo que existes en un papel, y en la voz que menciona tu nombre. Sin embargo, he tenido el placer de presenciarte en algunas situaciones de mi vida.

Eres algo así como el dicho que dice: El que escupe para arriba en la cara le cae. Y se hizo justicia dicen.

Creo que la primera vez que te conocí fue esa en la que me burlaba de mi hermano por llevarme su bicicleta. Corrí a toda velocidad, mientras me burlaba y lo veía llorar a lo lejos, mi burla no duró mucho tiempo porque se me enredó la cadena y rodé.

Y se hizo justicia. Me rompí la boca.

Así que pienso que mientras más tardas en aparecer, más dura será tu forma de presentarte. Para esos que te incumplen y piensen que tu impuntualidad los dejará libres de condena.