Día 58: A un abuelito

Querido Paito,

A mis abuelos no los conocí muy bien, uno murió muy joven y el otro a pesar de que vivió lo suficiente, no logro recordarlo mucho.

Pero si recuerdo que tenía mucha energía y un humor saludable, de esos que contagian risa y situaciones deseables. Me gusta recordar que siempre me decía que en mi cabello se encontraba mi energía, yo me lo creía y llegue a usar el cabello tan largo pero tan largo que me gane el apodo de un personaje de los Caballeros del Zodíaco.

Creo que aún lo mantengo largo porque de vez en cuando me hace sentir su presencia. Le agradezco mucho el haberme dado la oportunidad de ser parte de una familia numerosa, y el haber tenido la dicha de tener un enorme fondo para jugar rodeada de matas de cacao y muchas frutas que con el tiempo pasaron a convertirse en algo exótico y difícil de cultivar.

En mi memoria se queda intacta el olor a tierra mojada y naturaleza que emanaba de aquel hogar ancestral, la libertad de poder dormir con las puertas abiertas y bañarnos libremente en ese tanque que aún conserva un casquito testigo del tiempo.

Dejo un legado bonito abuelito, muchas generaciones se lo agradecen y lo hacen revivir todos los días a través de sus existencias.

Atentamente,

Una del montón de nietas