Día 7: Escribe una carta a alguien que admiras sin conocer

Estoy emocionada de escribirle estas letras a todo su gremio, pero muy especialmente a usted, porque quede sorprendida aquella vez que la vi atender tan diligentemente a dos niños a la vez.

Era un sábado en la mañana y pude observar en la sala de emergencia de pediatría, como hacía lo imposible para conseguir que atendieran a un niño que llegó con su pequeño brazo claramente doblado. Pude ver el dolor que sentía y la rara expresión de su rostro al no poder colocar el hueso en su sitio.

Los padres estaban en shock, pero su vocación y calidad de trabajo se encargaban de tranquilizarlos. Era difícil encontrar a un especialista para examinar si la torcedura ameritaba el ingreso al quirófano, pero usted no se rindió, tomo en numerosas ocasiones el teléfono y pudo encontrar a un traumatológo que diera el diagnóstico adecuado para ese tipo de lesión.

El día apenas comenzaba para usted, venia de atender un parto en un hospital a tres horas de la clínica. Un parto gemelar, cuyos niños nacieron desnutridos y sin las condiciones necesarias para continuar con vida.

Al mismo tiempo, trataba de controlar los efectos secundarios de una infección en la orina de una pequeña niña.

En numerosas oportunidades, mientras esperaba en esa sala. Pude verla luchar por encontrar soluciones donde habían posibilidades mínimas y usted no se rindió.

Estaba allí para hacer magia con sus manos.

No sabe lo agradecida que estoy por la existencia en este mundo de personas como usted, que trabajan cada día por salvar vidas sin recibir el reconocimiento merecido.

La bondad existe y usted es el mejor ejemplo de ella. Y como vi en una película hace muchos años : "El que salva a una vida salva al mundo entero"