Día 72: A la infidelidad

No entiendo ese afán tuyo de aparecer siempre disfrazada de amiga, vienes con tu sonrisa hipócrita y te presentas como alguien digno de total confianza, pero en el fondo, uno sospecha e intuye lo que viene.

Aun no recuerdo cuando llegaste y cuando te fuiste de mi vida. Esa es otra extraña

costumbre tuya, llegar a donde no te llaman y cuando montas tu obra de teatro te vas

sola con tu amiga traición a pasar juntas su guayabo.

Pretendes crear un bucle de engaños entre las personas a tu alrededor, sin embargo, no siempre logras concretar tu objetivo.

Me da un poco de tristeza que siempre te encuentres como una araña tejiendo su red

para enganchar a la presa y que al final vivas como una especie de sombra. No te veo

un rostro, tampoco puedo escuchar el tono de tu voz, y me encantaría poder hablarte

a la cara para enseñarte que hay mejores maneras de buscar amor.

Se puede contemplar una rosa y admirar su belleza sin llegar a herirse con sus espinas. Deseo que encuentres tu color y aprendas a valorar el verdadero sentido de tu existencia.